15/12/2009
Lamentablemente esta es la actualidad cinegética de esta semana "Un chaval, de no importa donde, acaba con la vida de otro en un desgraciado accidente al confundir al amigo, vecino y compañero con un jabalí tras unos matorrales", cita la noticia.
Una vez más, ya empiezan a ser demasiadas, nos encontramos con sucesos de este tipo y no nos lo acabamos de explicar. ¿Cómo es posible disparar sobre un tamareo sin saber lo que hay detrás? Un perro, un batidor, que se yo. Quiero pensar, y estoy seguro de ello, que una vez más los medios de comunicación por desconocimiento o premura no relatan los hechos en toda su verdad y que en realidad fue un rebote o cualquier otro incidente desafortunado, pero no una imprudencia de tal calibre.
Cuando manejamos un arma de fuego debemos ser conscientes de las consecuencias de una acción temeraria que siempre, y digo siempre, debemos evitar por mucho calentón que tengamos o por grande que sea el marrano.En demasiadas ocasiones todos hemos visto tiros al viso, tiros en la línea, posturas mal colocadas, no respetar a los perros en los agarres, deambular hacia las posturas con el arma cargada.....
Y digo yo, no nos callemos. Cuando contemplemos estas cosas reprendamos duramente, sin contemplaciones, al protagonista de la acción y, si es reincidente, echémoslo a patadas de la caza.
Finalmente me posicionaré como fiel defensor de cualquier medida que ayude a prevenir un accidente. En este sentido creo que debería imponerse en toda España la obligatoriedad del uso de prendas reflectantes, especialmente en batidas y monterías, no dificultan la acción cinegética y permiten localizar al compañero previniendo riesgos.
Permitirme decir con voz fuerte esta vez, ¡sean prudentes! señores, sean prudentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario