viernes, 2 de julio de 2010

A la guerra....

Navegaba tranquilamente por la red en busca de actualidad cinegética cuando, de pronto, topo con un articulo que hace que me estremezca en mis convicciones de cazador, probablemente obsoletas por razones de edad.

El citado texto trataba sobre el uso de la última tecnología militar en la practica de la caza y sus bondades desde todos los puntos de vista. Por supuesto a continuación, como quien no quiere la cosa, detallaba las enormes virtudes de tal modelo de visor nocturno, de no se que genereción, bla, bla, bla.

No analizaré en este articulo la legalidad de este sistema de puntería para la práctica cinegética que, como todos sabemos es ilegal,  -No se como se permite su venta en cualquier armería- si no que me centraré en el aspecto ético del mismo que catalogaré de deplorable sin ningún tipo de duda, puesto que atenta contra el principio mismo de la caza como actividad que debe contemplar una actitud deportiva. Tomo esta última palabra en su sentido literal, y muy británico, según la Real Academia Española de La Lengua: "Ajustado a normas de corrección semejantes a las que deben observarse en el deporte", es decir, con juego limpio y en terminos de igualdad, la verdad no creo que aplicar tecnología militar a la caza lo sea mucho. Lo siguiente puede ser usar subfusiles ametralladores y, por que no, misiles tierra-tierra para abatir venados en berrea.

 Con lo bonito que es esperar a ese gran macareno a la luz de la media luna, donde sabamos que hay bellota nueva, o al borde de un rastrojo, o en un amanecer cuando vienen de vuelta . Pero ya sabemos que para esto hacen falta dos cosas que hoy no abundan, paciencia y conocimiento de lo que significa la caza, que es algo mas que colecionar trofeos conseguidos de cualquier manera.

Por una vez permitirme exclamar: ¡Que barbaridad señores! que barbaridad.

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